-Onegin vuelve-

Corri hacia ti, montana, e implore abrieses tu escondite
Pero no me reconocistes.
Acepta estos cofres de semillas si algun dano te hice
A mi orden cantaran algo celestial, se iran al cielo
Y con placer renunciaran al paraiso para reencarnar en tu vientre.
Una vez adultos, los pinos miraran desde lo alto
A lo lejos una senora se muere, caen sus cabellos, como copos de nieve.
Tu, montana, que hace tanto tiempo me paristes,
Mira mis manos acariciarle la mente
A esa senora fuerte que blanda y fria se vuelve, con mas atardeceres.
Me fui de ti para llorar a solas la perdida infinita
de esta rosa solitaria, defectuosa, mal definida.
No me quieres ahora, montana, no me quieres,
Esperas nuevos hijos, no los ya perdidos que regresan vencidos.
Yo, que vine y Abrete Sesamo grite 40 veces,
Yo que corri lejos de ti para alcanzarte en otra vida,
Con menos Nuncas y mas Siempres,
Recogi semillas atraves de mi carrera para ofrecerte
Y cuando al fin te alcance, ya no me reconocistes.

Cuan oportuno este barranco,
Mira ahora, montana mia, con cuan rapidez nada el cuerpo se vuelve